jueves, 20 de diciembre de 2012

Los Glaciares en la Cordillera Andina Retroceden

29 de Junio de 2012
Deshielo Peru
Se necesita un sistema de control permanente para analizar la tendencia actual del retroceso de los glaciares en la cordillera de los Andes por el calentamiento global y sus consecuencias, advirtieron especialistas de la UNESCO.
La cordillera de los andes es una cadena montañosa de Sudamérica que se extiende casi paralela a la costa del Pacífico, desde el cabo de Hornos hasta las proximidades de Panamá. Es uno de los sistemas montañosos más grandes del mundo.
La cadena tiene 7.240 km de longitud, 241 km de ancho y un promedio de 3.660 m de altura. Desde su estrechamiento final al sur de Chile, los Andes se extienden en cadenas paralelas por Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. En Venezuela se divide en tres cadenas distintas. A lo largo de su extensión, la cordillera se levanta abruptamente desde la costa del Pacífico.
“Hemos conversado con instituciones de varios países y no hay un sistema de monitoreo adecuado que nos pueda decir la tendencia actual del retroceso de los glaciares y sus consecuencias”, dijo Anil Mishra, especialista en sistemas hidrológicos de la UNESCO.
Mishra participó esta semana en Lima junto al alemán Thomas Shaaf, jefe de ciencia de Biodiversidad de la UNESCO, en el taller “El impacto del retroceso de los glaciares en los Andes”, que tiene como propósito producir recomendaciones a los países miembros de la región.
“Estamos en Perú para trabajar con científicos de la región, con sus especialistas, para identificar y entender el proceso de retroceso de los glaciares”, señaló Mishra.
Según los expertos, el sistema de monitoreo debe incluir a científicos, equipos de alta tecnología y expertos en hidrología, para determinar el deshielo de los glaciares, la disminución del agua en los ríos abastecidos por los picos nevados y las zonas que serán afectadas.
Según la Unidad de Glaciología de Perú, los glaciares de la Cordillera Blanca (norte), la cadena tropical más alta del mundo, han retrocedido un 30% en los últimos 40 años por el cambio climático.
De los 720 km cuadrados de glaciares que había en 1970, ahora tan sólo quedan 510, indicó la institución.
“Es responsabilidad de la comunidad científica y de los gobiernos entender cuáles serán las consecuencias para las cuencas cuando no existan los glaciares”, anotó Mishra.
Su colega Thomas Shaaf refirió que con los años “los especialistas hemos podido analizar que cada vez hay menos hielo y menos nieve en las montañas y como consecuencia hay una descarga menor del líquido en los cuencas, aunque la población aún no lo siente”.
Mishra sostuvo que pese a los adelantos tecnológicos no existe aún un conocimiento adecuado ni preciso de cómo repercutirá el cambio climático en la región, ni tampoco qué consecuencias tendrá el retroceso de los glaciares en la disponibilidad del agua.
“Es crucial observar de cerca y monitorear lo que ocurre en los glaciares andinos, que permita preservar el bienestar de la poblaciones en la parte baja de las cuencas y que dependen de esas aguas para sobrevivir”, expresó.
Al pie del nevado se pueden ver manchas pálidas, rocas desnudas, producto del deshielo, que aumenta cada año y marca la reducción de su masa de nieve. Y como consecuencia de la falta de hielo, desde hace unos años el nevado es cerrado al público entre diciembre a marzo a fin de protegerlo.
A inicios de este año, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) difundió el estudio “Cambio climático, agua y seguridad alimentaria”, en el que advierte que ese fenómeno producirá graves consecuencias en la disponibilidad de agua para producir alimentos y en la productividad de los cultivos en las próximas décadas.

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